31 de diciembre de 2011
El santafesino Bustos - Un año para recordar
Sin dudas, el 2011 quedará enquistado de por vida en la memoria de Maximiliano Bustos. Porque las emociones, los sentimientos, las vivencias que cosechó durante este año lo marcaron y lo marcarán a fuego forever and ever. Anote. Fue campeón de la Vodacom Cup con Pampas XV, debutó en el seleccionado mayor (vs. Barbarians franceses), se dio el gustazo de integrar el plantel Puma que disputó el Mundial de Nueva Zelanda y, de yapa, se incorporó al Montpellier, un equipo que entre sus filas cuenta con cinco argentinos más y que es el subcampeón de Francia. ¿Tiene o no motivos para descorchar una y otra vez? "Esta temporada fue muy buena para mí; se me cumplieron muchos sueños de una. Ojalá que el año que viene sea todavía mejor, aunque con que sea igual me recontra conformo", dice este gigante de 130 kilos, mientras espera que su esposa termine de hacer algunas compras. "Da vueltas y vueltas. Así son las mujeres, ¿no?", tira, simpático.
Este pilar de 25 años intenta exprimir al máximo el buen momento que le toca vivir. Y sobre todo porque puede considerarlo como una segunda oportunidad, ya que hace poco más de dos años debió dejar Italia -jugaba en Capitolina- para pegar la vuelta a la Argentina debido a un problema familiar. "Mi hijo más grande no se adaptaba a la escuela italiana y esa fue una de las razones por las que decidimos regresar al país. Ahora, por suerte, en Montpellier va todo bien; los chicos están muy contentos", explica Chinchu, haciendo referencia a Juan Cruz (9) y a Ulises (4).
-¿Y vos cómo venís con el francés?
-Soy terriblemente de madera, je. Tengo profesor particular dos veces por semana, pero la realidad es que soy bastante vago. Los que me salvan son mis compañeros, que me dan una mano grande con el idioma.
Marzo será un mes muy importante en la vida de este combativo pilar santafesino, pero no por lo rugbístico, sino por otra pequeña y poderosa razón. "Nacerá Francesca y con mi mujer decidimos tenerla acá, en ésta ciudad", cuenta Bustos, para luego agregar: "en Francia la medicina es bárbara y, además, mi suegra va a viajar para darnos una mano. Todo redondo".
Lo que no es tan redondo para Chinchu es la relación con un pilar georgiano del equipo: Giorgi Jgenti. "No sé qué le pasa. Tira mala onda y no me saluda. O cuando lo hace es evidente que es por compromiso. Chipi (Figallo) me contó que con él era igual. Me parece que no les gusta mucho la competencia", cuenta, entre risas y con la simpleza que lo caracteriza.
-Igual vos venís bien...
-Vengo bárbaro. Ya jugué siete partidos (cuatro como titular) y me estoy acostumbrando bien al nivel de los golpes. Porque aunque estuve dos temporadas en el rugby italiano, el nivel de uno y otro no se pueden comparar. Italia es amateur al lado de esto.
Antes de finalizar la entrevista, Bustos dedica los últimos segundos a agradecer. "La verdad es que jugar en los Pampas me dio todo; me abrió las puertas de todo. Te diría que el 99.9 % de lo me está pasando es gracias a lo que produje en esa etapa. Por eso, es imposible no acordarme siempre de los entrenadores (Daniel Hourcade y Mauricio Reggiardo) y de la confianza que me dieron. Porque si ellos no hubieran apostado por mí, yo no estaría acá viviendo este sueño. Gracias; fue un año para recordar".
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